El amor en la noche me visita
como si fuera un cazador furtivo
y con ansia de amarte lo recibo
con la ilusión de una primera cita.
Llega todos los días y me invita
a gozar de un placer muy exclusivo,
por lo que sus palabras las recibo
como al doctor que mis dolores quita.
A su llegada se me olvida todo
lo ajeno a ti, pero en tu boca pienso
con tanta intensidad que te apareces
y entonces en mis brazos te acomodo
al tiempo que mi fiebre va en ascenso
hasta el alba, en que ya te desvaneces.