Nunca te rindas, por si acaso aciertas
en la próxima vez si te apetece
conseguirlo, pues siempre lo merece
quien se dispone a abrir todas las puertas
aunque no estén del todo bien abiertas,
porque si te mantienes en tus trece
comprobarás que la moral te crece
y llegará a venirte suerte a espuertas.
Quien lucha por aquello que le gusta
y ante la adversidad pronto se asusta,
no merece alcanzar cuanto quería
y sí el que lucha con enorme empeño,
porque al final será su justo dueño
por la fe y la constancia que ponía.