De la misma moneda somos caras,
porque en el mismo amor nos encontramos
y con las intenciones más que claras
de no cambiar de como ahora estamos.
Debemos al capricho del destino
esta felicidad bien merecida
al habernos cruzado en el camino
y unirnos para siempre, de por vida.
Tengo fe en que seremos muy felices
si obramos con la máxima cordura,
para que nuestro amor eche raíces
y crezca, como el cielo nos augura,
pues desde allí llegó la buena suerte
de ponerte a mi lado para verte.