Pasarán muchos días con sus noches
y aún recordaré lo que te quiero,
más que nada los múltiples derroches
que hicimos del amor a lo primero.
Ese recuerdo seguirá conmigo
en lugar especial y preferente,
como si fuera mi mejor amigo,
ése que por mí diera un paso al frente.
Cómo no recordar esa dulzura
saliendo por tu boca a manos llenas
y a la de sobra exótica hermosura
que atrae como un canto de sirenas
pregonando las gracias de tu encanto,
ofreciéndome el cielo de adelanto.