Le doy gracias a Dios por permitirme
vivir en este mundo tan hermoso,
en el que de alegría me reboso,
y del que ya jamás quisiera irme.
He procurado siempre divertirme
empleando un espíritu jocoso,
el cual he repartido generoso
y en el que pienso mantenerme firme.
Soy de aquellos que sacan a la vida
lo que de bueno tiene y lo aprovechan
en propio beneficio y como es tanto,
me da para que sea compartida
con los que fácilmente se despechan
y de esta forma su moral levanto.