Estoy de un imposible enamorado
y no quiero quitarme la cadena
que me ata a él, en singular condena
y la cumplo completa y de buen grado.
No importa que abatido y derrotado
me encuentre y soportando una gran pena,
porque el alma la tengo más que llena
de este amor que me tiene obnubilado.
Si mucho sufro, es porque mucho quiero
y quiero mucho porque es tan hermoso
querer aunque se pene, pues se goza
igualmente también. Si soy sincero,
de dicha y de dolor, ni un solo poso
dejo al beber, por más que me destroza.
Siento que ya me roza
la amenaza de un serio desvarío,
mas no conseguirá de mí un desvío.