Cuando el amor se obstina en dar batalla
y ataca y contraataca con esmero,
prepárate a perderla, lo primero
y luego ve tirando la toalla,
pues no suele fallar y nunca falla
aunque tenga que estar al retortero
y salir varias veces al albero,
hasta que se derruya tu muralla.
Si pensabas librarte de su influjo
olvida tan absurda pretensión,
pues caerás en sus redes sin remedio
al llevarte a la mente tal embrujo,
que al verlo te hará ver la sinrazón
de tratar de escaparte de su asedio.