Cuando me vaya no me olvides, mas no llores,
porque después vas a tenerme allá en el cielo
y nuevamente encontrarás ese consuelo
para acabar con tus tristezas y dolores.
Repetiremos en la gloria los amores
que aquí vivimos con igual y ansiado anhelo
y así obrarán, no cabe duda, de modelo
a los que siempre han sido huérfanos de ardores.
Eternamente viviremos la ventura
de estar tan juntos que soldados se hace poco
gozando yo de tus encantos y hermosura
y tú de toda la pasión que como loco
te entregaré cuando te libe esa dulzura
que con mis besos y caricias te provoco.