Los versos dedicados a tu boca
los pienso tanto que me vuelvo loco
y te los hago tan poquito a poco,
porque mi pluma con razón se aloca
cuando los hago, porque me provoca
una subida de tensión que toco
el mismo cielo, donde en él me enroco
y desde allí mi corazón te evoca.
Néctar divino es el que en ella ofreces
y que alimenta la pasión que tengo,
que siendo grande, mucho más sería,
multiplicando numerosas veces
ese placer que al recordarte obtengo
si para siempre la tuviese mía.