En un sueño peculiar, fui lagartija veloz,
en un sendero estrecho, con gran convicción.
Era la competencia mundial de la escalada,
y detrás venía la rusa, famosa, afamada.
Sus escamas brillaban, tenía gran reputación,
pero yo, en cada impulso, sentía la emoción.
Mi columna ondulaba con fuerza y destreza,
más ágil, más rápida, sin ninguna pereza.
Y la rusa ahí detrás, pero la empiezo a alejar,
con cada paso firme, no me va a alcanzar.
Al final de la prueba, llego en primer lugar,
la rusa era puro cuento, ¡yo soy el rey al escalar!
Me despierta mi mujer al verme convulsionar
y entre risas que no puedo ni parar
le digo que me ha despertado de la gran final
de lagartijas del mundo, campeón sin igual!