Clementina Suárez

Yo fui Leda

Yo sé del beso olímpico de Zeus;/ su pico
sonrosado lo he sentido/ idealmente subiendo
por mis muslos/ por mi vientre de
alburas cuyo ombligo/ parece un ojo ciego,
por mis senos/ en demasía túrgidos y blancos/
por mi cuello delgado, por mi boca./
Qué bello es Zeus cuando se hace cisne!
He sentido sus alas envolviéndome/ y
sus suaves y tibias poluciones/ germinar en
mi entraña hecha de fuego. / Después. . . he
visto al mundo tan amable, sintiéndome dichosa
como nunca/ con la sonrisa triste de
la enferma/ que vuelve a la vida, por saberme/
fecundad por el padre de los Dioses./
¡Qué bello es tener hijos de inmortales!
Grande es hoy la nostalgia de mi carne/
porque maldita degeneró en humana;/
como ansío sentir el suave pico/ sonrosado
subiendo por mi cuerpo/ de alburas de cortezas
del gran bosque. / Como ansío sentir
su ala de nieve/ sobre mis senos túrgidos
temblando/ por el golpe sidéreo, junto al
roble./ Sólo pienso en las nieves del Olímpico.
Y crees mi desgracia una ironía/ para ti
que deseas estrecharme/ entre tus brazos
largos como boas/ y arderme con tu boca
muy humana./ Respeta mi viudez, hazme
el favor,/ vete lejos y dile a tu pobre alma/
que su amada ninfa de otros tiempos/ sueña
con el abrazo de dos alas./ Después de
Zeus es inicuo un hombre.

Piaciuto o affrontato da...
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