Lazos que Ahogan
Te sostuve en mis manos como arena fina,
apretando con miedo a perderte.
No vi que entre mis dedos resbalabas,
deslizándote hacia lo inevitable.
Creí que el amor era aferrarse,
pero el tuyo era solo un espejismo.
Una sombra que abrazaba mi alma,
pero nunca tocaba mi piel.
Corrí detrás de promesas gastadas,
de silencios que hablaban por ti.
Y en el eco de tu ausencia entendí
que no se puede retener lo que no es nuestro.
Te solté... aunque doliera,
aunque mis manos aún temblaran.
Porque el amor que aprisiona
no es amor, es solo miedo.
