#EscritoresEspañoles Carolina Coronado
¿Verdad que es triste que en el mu… ceda a la ley de su exterminio fij… No es verdad que es muy triste que… la juventud y la pasión, la vida que la beldad perezca y los amores
Orgullo de la enramada, blanca y leve florecilla, más que todas delicada, y más que todas sencilla. Muestra el lirio temblorosa
Empezar por la página primera, capricho inútil de los hombres es, pues ha de ser del Álbum la postre… Si se toman los libros al revés. El primero que el Álbum haya abier…
Sí, yo te creo; viva mi fortuna y viva el canto de mi humilde boca si abrasada en tu amor mi alma no… para cantar la fe musa ninguna: de las musas el arte importuna
Ser, aun, niño y sentir la lozanía que da el rocío de la edad tempran… es dudar la desdicha de mañana, es ser dichosos, Ángel, todavía; es la fe, la esperanza, la alegría…
Pálida insomne, lánguida doliente, sombra tan sólo de criatura humana ya consumida por la fiebre ardient… viene de las orillas del Guadiana. La copa de cristal donde bebía
¡Piedad!... Virgen, arráncame y l… de entre estas rocas donde estoy h… hieren sus filos mi desnuda planta… no hay senda abierta y moriré en l… Corrí sin tino tras lejana estrell…
Tú pensaste que el mar era tu cuna y te adormiste en él tranquilament… no ha sido para ti poca fortuna despertar en la gloria de repente. ¡Hija del alma! no hay vida ningun…
Es dulce recordar sueños de niño, el vago acento de la edad primera que en nuestro oído resonar hicier… el ángel que anunció nuestro cariñ… cuando figuro que tu cuello ciño
¿Teméis de ésa que puebla las Mon… turba de brutos fiera el desenfren… ¡más feroces dañinas alimañas la madre sociedad nutre en su seno… Bullen, de humanas formas revestid…
Sólo en el pobre altar del pueblo… adoré yo al Señor —una mañana: un templo veo junto a hermoso río que embelesada miro... no es Guadi… De árboles tiene pabellón sombrío,
¡Extremada bizarría! ¡Rendimiento cortesano! ¡Bondad la del castellano consumadísima es, pues con una dama altiva
Allá entre las tinieblas de la noche perdido, ¿no oís algunas veces vago, triste rumor, Como el eco lejano
Y cuando ya no veas las playas españolas que tan tristes y solas van a quedar sin ti, cuando estés en la nave
¡Jesús! la tremenda guerra que movéis a mis canciones me maravilla y me aterra. ¿No salen en nuestra tierra por las damas campeones