Nana a la madrecita del alma mía
Duérmete madrecita del alma mía,
y que el Dios de los cielos
te me bendiga.
Duérmete con el sueño de los rosales
que amanecen con rosas y no lo saben.
Madrecita del alma, tú me dormías
cuando yo apenas era grano de vida.
Ahora que ya soy yo grande, te canto nanas
por que sueñes de nuevo por duendes y hadas.
¡Mi madrecita!...
Y que el Dios de los cielos
te me bendiga...