Nosotros los poetas, unimos y atamos las cuerdas del cielo a la tierra, escrupulosos y sensibles
Yo sé de tus desvelos y enredos de cabello tu mirada triste y opaca. Sé del sudor de tus lágrimas con cara opaca, tu fruncido
Me he encontrado con un vicio que se llama escribir, una aguda patología imposible de curar, un despilfarro de palabras
En tu mirada escucho la marea del Ser, la sílaba olvidada del comienzo.
Enamorar es un decir, amar es un hacer; entre lo que dices y lo que haces existe un transitar,
Así te quiero imperfecta, para recordarte que mi amor por ti es perfecto.
Antes me hablabas cuando tus desvelos añoraban vuestro encuentro, cuando el arcoíris brillaba al triunfo de nuestras miradas,
El invierno nos mantuvo fríos y nuestas almas deseaban abrigarse los caídos pétalos de las rosas nos miraban con desprecio, el café nos veía con desdeño
Cuando estás muerto, te llevan flores, cuando estás vivo y presente eres para la mayoría ausente, cuando ríes o te alegras
El vacío ha retornado, un vacío de profundidades insondeables de magnitudes celestiales contenido con alegría y gozo.
Con tres dones nací la del nacimiento, la de la vida, la del destino. Con tres virtudes viví
No, no hay cárcel para los dos, no podrán atarme al llamado de mi corazón, al irremediable destino de alumbrar mi camino.
La poesia necesita ser seca como la hierba y dulce como los frutos para que arda.
Por las noches se revelará el incosciente indefectiblemente, no podrás dormir si has acumulado demasiados pensamientos, la preocupación te alcanzará,
Vino perplejo, vino tinto, matiz de sueños, alentador de fantasías; vino plácido, ligero y alegre añade a mi paladar