Solamente quedarán los fuegos del amor, la elección de la felicidad y la alegría del corazón, las letras y canciones
Cómo sé que yo sé, si el sabio proclama que no sabe nada, entonces es verdad que sabe, y yo que
Me he encontrado con un vicio que se llama escribir, una aguda patología imposible de curar, un despilfarro de palabras
Cuando estás muerto, te llevan flores, cuando estás vivo y presente eres para la mayoría ausente, cuando ríes o te alegras
Antes me hablabas cuando tus desvelos añoraban vuestro encuentro, cuando el arcoíris brillaba al triunfo de nuestras miradas,
La poesia necesita ser seca como la hierba y dulce como los frutos para que arda.
Mi aguda vista es artifice de las palabras, las rimas, los ensayos y los celeste poetas que entrelazan las palabras con sutil diligencia e imaginación…
Vino perplejo, vino tinto, matiz de sueños, alentador de fantasías; vino plácido, ligero y alegre añade a mi paladar
El invierno nos mantuvo fríos y nuestas almas deseaban abrigarse los caídos pétalos de las rosas nos miraban con desprecio, el café nos veía con desdeño
No, no hay cárcel para los dos, no podrán atarme al llamado de mi corazón, al irremediable destino de alumbrar mi camino.
Nosotros los poetas, unimos y atamos las cuerdas del cielo a la tierra, escrupulosos y sensibles
En tu mirada escucho la marea del Ser, la sílaba olvidada del comienzo.
Enamorar es un decir, amar es un hacer; entre lo que dices y lo que haces existe un transitar,
El vacío ha retornado, un vacío de profundidades insondeables de magnitudes celestiales contenido con alegría y gozo.
Por las noches se revelará el incosciente indefectiblemente, no podrás dormir si has acumulado demasiados pensamientos, la preocupación te alcanzará,