No es posible, ¡por Dios!, que sean cubanos
los que arrastrando servidumbre impía,
van al baile a la valla y a la orgía,
insultando el dolor de sus hermanos.
Tan horrible abyección, tales villanos,
tan negra afrenta y tanta bastardía
fruto no han sido de la patria mía;
tanta mengua no cabe en mis paisanos.
Esos que veis a la cadena uncidos,
lamiendo, ¡infames!, afrentoso yugo,
son traidores, sin patria, envilecidos,
que halagan por temor a su verdugo;
son aborto del Báratro profundo
para afrentar la humanidad y el mundo.