Se deja lanzar la flecha en manos del arquero como deseo de plumaje aguarda pacientemente, sosegado, este certero tirador,

Debiese el existir Un gravamen sobre las pollas Que te pretendas implantar O aquellos coños que en tu Sectario cuerpo

Iba la niña a por agua a por agua iba la niña, iba la niña desnuda deliciosamente limpia. Siete años, siete ya tiene,

Si intentase intencionar algún asp… de fundamentos sólidamente simétri… cabe decir que si a la par esta me… desgarrada, atónita, concluye en u… postración ante el espíritu, tan i…

El viaje no es una distancia por r… es una distancia ya recorrida desd… misma blancura del papel, del prim… tomamos, idilio de náufrago cuando… de volver a rayar la remesa de hur…

Estoy inflamado, en ardores de esc… no me encontraréis en esta vuelta, voy pasado, a esas estancias inseg… donde se hiela la cabeza, con micr… ...y aprieto los dientes... y me d…

El sabio y el tortugas. _Escucha. No lo oyes. Un pato haciendo cua-cua. _¿Y...? _Obvio tortuguilla. Si fuera un gato haría miau-miau. (El tortugas baja la vista avergonzado mientras el ...

Retrocedió la mano, temblorosa entre llanto de profunda amargura.… Solitaria, y oculta entre la espes… moría silente una áurea rosa. Brotaste en el infierno flor hermo…

Recuerdo que habilité una montaña para mí. Con agua, con tierra, con verde, c… y en una cueva acomodé mis huesos, rebuscando en las esquinas

Johnny Thunders se cayó del caballo, recuerda muy bien los nombres y la primera herida fue mortal. Ahora,

Es una sensación extraña, un temor diurno a la quietud de la calma, a los ruidos ordinarios, los perros que ladran,

Yo, en mi condición de trastornado… dependiente económicamente y por v… iracundo, albergo necesidad de obs… en la forma y en el contenido del… no guardo un manual que implique l…

Jacinta McAca Me regaló flores Jacinta McAca La de la tienda de aullidos Jacinta McAca

Entre el verdor de las hojas siempre verdes y el crujir de aquellas otras