Los dones
Le fue dada la música invisible
que es don del tiempo y que en el tiempo cesa;
le fue dada la trágica belleza,
le fue dado el amor, cosa terrible.
Le fue dado saber que entre las bellas
mujeres de la tierra sólo hay una;
pudo una tarde descubrir la luna
y con la luna el álgebra de estrellas.
Le fue dada la infamia. Dócilmente
estudió los delitos de la espada,
la ruina de Cartago, la apretada
batalla del Oriente y del Poniente.
Le fue dado el lenguaje, esa mentira,
Le fue dada la carne, que es arcilla,
le fue dada la obscena pesadilla
y en el cristal el otro, el que nos mira.
De los libros que el tiempo ha acumulado
le fueron concedidas unas hojas;
de Elea, unas contadas paradojas,
que el desgaste del tiempo no ha gastado.
La erguida sangre del amor humano
(la imagen es de un griego) le fue dada
por Aquel cuyo nombre es una espada
y que dicta las letras a la mano.
Otras cosas le dieron y sus nombres:
el cubo, la pirámide, la esfera,
la innumerable arena, la madera
y un cuerpo para andar entre los hombres.
Fue digno del sabor de cada día;
tal es tu historia, que es también la mía.
“Atlas” (1986)
Piaciuto o affrontato da...
Altre opere di Jorge Luis Borges...
Alfredo Jiménez G.
8aEl sabio Poeta Jorge Luis Borges, tuvo un don especial que impuso su influencia natural sobre los muchos dones que le fueron prodigados: El don de ser agradecido. Sin tener (como nadie la tiene) una idea clara sobre el Arquitecto del vasto universo, ni de su plan para toda su creación, el autor argentino se dirige a Él en por lo menos tres poemas con el fin de ofrecerle con palabras un sincero testimonio de gratitud. El primero es el "Poema de los dones", donde sin queja alguna pero con fina ironía expresa su sentir ante la contradicción de haber sido nombrado director de la Biblioteca Nacional, teniendo a su alcance unos ochocientos mil libros y ser ciego, como su ilustre antecesor Groussac a quien evoca con admiración genuina. El segundo es el titulado "Otro poema de los dones", donde empleando a la perfección el lenguaje ("esa 'sublime' mentira" que le fue otorgada), da las gracias y realiza una ennumeración de prodigios que nos parece infinita y bella; es difícil enlistar en un poema sin sonar artificioso y el maestro logra una singular naturalidad, como un efluvio irrepetible de maravillas, como otro "Aleph"... El tercero es el presente poema (ignoro el orden cronológico de las tres obras), donde logra una vez más un efecto de río diáfano que corre incesante con su "música verbal"; se describe a sí mismo y a todos los hombres que son capaces de valorar todos los portentos que la humanidad atesora en la memoria y los sentidos. Son tres ejemplos (puede haber otros en sus páginas luminosas) donde reitera su entusiasta agradecimiento, actitud que de modo involuntario lo sitúa entre los hombres realmente grandiosos, los que en realidad lo son sin proponérselo.