#EscritoresArgentinos #PremioCervantes #SigloXX #1960 #ElHacedor
La noche es olorosa como un mate c… y es vagancia en las calles y vent… La tarde fue mi pena. La noche co… aduna la confianza de los patios a… Mis pasos haraganes comprenden bie…
Mi nombre es Otto Dietrich zur Linde. Uno de mis antepasados, Christoph zur Linde, murió en la carga de caballería que decidió la victoria de Zorndorf. Mi bisabuelo materno, U...
¡Cuántas posibles vidas se habrán… en esta pobre y diminuta muerte, cuántas posibles vidas que la suer… daría a la memoria o al olvido! Cuando yo muera morirá un pasado;
Durante siglos la infinita arena de los muchos desiertos ha sufrido tus pasos numerosos y tu aullido de gris chacal o de insaciada hien… ¿Durante siglos? Miento. Esa furt…
Zanjones, sierras ásperas, médanos, sitiados por jadeantes singladuras y por las leguas de temporal y de…
La amistad silenciosa de la luna (cito mal a Virgilio) te acompaña desde aquella perdida hoy en el ti… noche o atardecer en que tus vagos ojos la descifraron para siempre
Laberintos, retruécanos, emblemas, helada y laboriosa nadería, fue para este jesuita la poesía, reducida por él a estratagemas. No hubo música en su alma; sólo un…
Me acuerdo, fue en Balvanera, en una noche lejana, que alguien dejó caer el nombre de un tal Jacinto Chiclana. Algo se dijo también
En el santuario hay una espada. Soy el segundo sacerdote del templ… Otras comunidades veneran un espej… Creo que se eligieron esas cosas p… Hablo con libertad; el Shinto es…
¿Dónde está la memoria de los días que fueron tuyos en la tierra, y t… dicha y dolor y fueron para ti el… El río numerable de los años los ha perdido; eres una palabra e…
En su grave rincón, los jugadores rigen las lentas piezas. El tabler… los demora hasta el alba en su sev… ámbito en que se odian dos colores… Adentro irradian mágicos rigores
Por estos rojos laberintos de Lon… descubro que he elegido la más curiosa de las profesiones… salvo que todas, a su modo, lo son… Como los alquimistas
¿Dónde estarán los siglos, dónde e… de espadas que los tártaros soñaro… dónde los fuertes muros que allana… dónde el Árbol de Adán y el otro… El presente está solo. La memoria
No he reescrito el libro. He mitigado sus excesos barrocos, he limado asperezas, he tachado sensiblerías y vaguedades y, en el decurso de esta labor a veces grata y otros veces incómoda...
Nadie abriere o cerrare alguna pue… sin honrar la memoria del Bifronte… que las preside. Abarco el horizon… de inciertos mates y de tierra cie… Mis dos caras divisan el pasado