Sleeping Cupid, by Caravaggio
Jorge Luis Borges

El sueño

Si el sueño fuera (como dicen) una
tregua, un puro reposo de la mente,
¿por qué, si te despiertan bruscamente,
sientes que te han robado una fortuna?
 
¿Por qué es tan triste madrugar? La hora
nos despoja de un don inconcebible,
tan íntimo que sólo es traducible
en un sopor que la vigilia dora
 
de sueños, que bien pueden ser reflejos
truncos de los tesoros de la sombra,
de un orbe intemporal que no se nombra
 
y que el día deforma en sus espejos.
¿Quién serás esta noche en el oscuro
sueño, del otro lado de su muro?
Vous avez aimé cette lecture ? Offrez-nous un café !.
Votre aide nous permet d'exister.

¡Bienaventurados los que sueñan, porque en su serena evasión del mundo cruel, viven y se regocijan en la verdadera Libertad! Condenemos sin piedad al ostracismo todos los despertadores y aparatos equivalentes de la alcoba, para entregarnos al sueño sin nunguna de las limitaciones que imponen las infames leyes de la productividad occidental. Desdeñemos sin remordimiento todos los apremios de esta vida terrena en favor del necesario y noble acto de dormir y que nadie tilde de pereza lo que es exploración de "los senderos que se bifurcan". Si alguien sabía de sueños pues guiado por los sabios milenarios pudo asomarse y mirar lo que aguarda "del otro lado del ocaso", era el Poeta Jorge Luis Borges. Y no se guardó nada para sí, entregó sendas bitácoras de todo cuanto vio en su Aleph de maravillas. En 1963, un Poeta joven llamado José Emilio Pacheco, lúcido lector de Borges, dio al mundo su primer libro de poemas ("Los elementos de la noche"), donde nos revela entre otros muchos secretos que "El despertar es el bosque donde se recupera lo perdido y se destruye lo ganado"... Muy acorde con el maestro argentino y muy luminoso para un Poeta de veinticuatro años. ¿Quién has de ser tú, amable lector, en tu aventura intrépida de esta noche?

Gracias querido Alfredo, es cierto, me encanta soñar. Perderme en mis sueños, caminar senderos inexplorados, hablarle a amigos lejanos que ya no están, mirar a viejos amores, repetir ósculos pasados, e incluso abrazar a quienes partieron a la casa del padre. El sueño es un pequeño consuelo del altísimo, para quitar las barreras que nos mantienen en este suelo. Un abrazo estimado!!

@Domingo: Saludos amigo Domingo Jiménez. Muchas gracias. Somos de ese equipo de lúcidos soñadores. Te envío un abrazo.

Connectez-vous pour commenter.
Autres oeuvres par Jorge Luis Borges...



Haut