¿Qué es el insomnio?
La pregunta es retórica; sé demasiado bien la respuesta.
Es temer y contar en la alta noche las duras campanadas fatales, es ensayar con magia inútil una respiración regular, es la carga de un cuerpo que bruscamente cambia de lado, es apretar los párpados, es un estado parecido a la fiebre y que ciertamente no es la vigilia, es pronunciar fragmentos de párrafos leídos hace ya muchos años, es saberse culpable de velar cuando los otros duermen, es querer hundirse en el sueño y no poder hundirse en el sueño, es el horror de ser y de seguir siendo, es el alba dudosa.
¿Qué es la longevidad?
Es el horror de ser en un cuerpo humano cuyas facultades declinan, es un insomnio que se mide por décadas y no con agujas de acero, es el peso de mares y de pirámides, de antiguas bibliotecas y dinastías, de las auroras que vio Adán, es no ignorar que estoy condenado a mi carne, a mi detestada voz, a mi nombre, a una rutina de recuerdos, al castellano, que no sé manejar, a la nostalgia del latín, que no sé, a querer hundirme en la muerte y no poder hundirme en la muerte, a ser y seguir siendo.
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Alfredo Jiménez G.
8aEn una ocasión le preguntaron a Jorge Luis Borges ¿En qué idioma cree usted que va a morir? Su respuesta fue deslumbrante, como de costumbre: "Yo creo que voy a morir en castellano. Aunque no sé... En ese momento puedo estar citando a algún poeta latino y entonces se va al demonio todo lo que uno piensa. Hay algo que se parece mucho a la muerte que son los sueños. Yo raras veces sueño en inglés... Siempre sueño en castellano." Lo anterior viene a cuento por dos razones, la primera es el hecho de que menciona en el presente poema que no sabe manejar el castellano, con lo que un buen número de lectores no podríamos estar de acuerdo. La otra razón es por lo que afirma en su respuesta, "la muerte se parece a los sueños", por lo tanto el insomnio semeja el tormento de la inmortalidad o por lo menos de una ardua y extensa vida. Quien lo dude, bien puede preguntarle a Carthaphilus que vaga por el mundo con el seudónimo de Conde de Saint-Germain... No conocemos ser humano con más ansiedad de morir. Jorge Luis Borges tuvo una vida dilatada y fructífera. En correspondencia por su extraordinaria obra literaria nos pedía algo muy simple, pero que nos resulta imposible otorgarle: El olvido. El gran Poeta no ocultaba su temor recóndito de que el recuerdo colectivo provocara en consecuencia una indeseable inmortalidad real. Esperemos que en ese "más allá" donde indudablemente pervive, sea feliz ante la contemplación de "los arquetipos y esplendores".
Ricardo Sergio Tramontana Rodriguez
1aLa pesada carga de la vida...,y la pesada carga de saber la muerte...,y por fin un día liberarse de las ataduras y dolores de la vida física en este mundo...