Hoy estás en los brazos
de mi feroz imaginación
brazos que han matado
brazos con que tapo mis ojos
con un gesto de lobo
para buscarte un hogar
un lento y suave infierno
donde todo calor
provenga
de una furtiva lágrima
oh líquido mundillo
oh jadeante fantasma
no eres
sino el ojo que estalla
y que deja caer
como si no ocurriera
sus mejores colores
en mi entraña
ojo que hociquea
que peino con la más pura saliva
aquí en mis brazos
entre mis torpes alas de mamífero
la muy compuesta y perdurable nada
para siempre te guarde
y el buen mal ojo salta
y se eleva en el oscuro cielo de mi lecho
y ese cielo
es el marco impreciso de una frente
que ya no reconozco
esa sombra ese objeto esa cosa
con boca con nariz y con oídos