Beto Brom

Nacer

nuestra idiosincracia

Pasan los días, terminan los años, la pregunta mantiene su vigencia:
Al nacer, ¿somos todos iguales?

No importa donde ocurre nuestra aparición, no importa la identidad de nuestros padres, no importa si es en una casa, o en un rancho, o en un palacio, no importa si es de noche o de día, verano o invierno, ¿todo da igual?

Nuestro carácter pertenece a los genes, ¿como nuestro color de piel, de ojos?

Todos nacemos buenos, humildes, tranquilos, ¿nada perturba nuestra presentación?

El medio ambiente que nos rodea influye en nuestra personalidad futura, ¿es capaz de modelarnos, inclusive en contra de lo adquirido en el comienzo?

Ya se dijo: ""llegamos sin pedirlo"”

No obstante, recibimos y soportamos, amenazas, quejas y culpabilidad, ante actos propios de nuestros errores.

Somos culpables ya antes de nacer.

Y sin embargo, continuamos llegando a este mundo.

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Interesante rerflexión. Un saludo.

Contento al saber que así resultó. Mucho agradezco tu llegada y comentario. Envío un afectuoso abrazote, colega de la pluma.

"llegamos sin pedirlo"

Así es, no fuimos consultados al respecto, es decir, nos impusieron la llegada al mundo. No nos quedó otra que nacer. Shalom amigazo

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