No sé de donde vengo, ni quién soy, pero no estoy perdido.
Deambulo por los más oscuros pasillos del ánima, pero no me siento perdido.
El sueño de voluntad ya hace mucho me ha dejado, pero no estoy vencido. Maravillas catabólicas, covalencia endergónica, uno es todo, pero el todo ya no es nada.
El rimbombante deseo se ha convertido en nada más que un anhelo. ¿Es posible seguir existiendo sin tener nada adentro?
Solo queda el recuerdo, recuerdo de aquello. El pasado nunca fue mío, pero ¿Acaso le pertenezco?
¡No! El futuro quizás, solo quizás, más no la expectativa, cero expectativa. ¿Será este una advertencia de Shiva?
Entonces solo me queda el presente. ¿Un regalo? No, un presente, incertidumbre constante, eterna sorpresa. No suena mal, nada mal. ¿Será que al fin me he de encontrar?... No sé.