Impulsivo subo, desde los abismos de tu escoria, como una voz enjuiciadora  dilatando tu memoria, dando golpes brutales a tu cobardía saqueadora. Seré insoportable. Con la sangre de tu conciencia marcaré para siempre tu historia, esconderte no servirá de nada, aunque lo sé, siempre te ocultas intentando disimular el horror de tu culpa, intentando justificar el dolor, maquinista manipulador, vertedero de sangre inocente, no mereces ser parte de la gente, ya estas bajo mi lente.
La hiciste sangrar golpe a golpe, manos empuñadas, locura derramada, injustificada, inmerecida, la dejaste ver la luz del día bajo esos anteojos oscuros, marcada, demacrada, la comida no le sabe a nada. Estoy enfermo de buscar una explicación, ¿acaso no la escuchabas?, te gritaba, ¿acaso no la viste?, si su cuerpo entero de fragilidad se viste. La golpeaste sin piedad, la arrastraste en tu locura, con tu violencia la marcaste para siempre, cicatrices en su cuerpo, pero lo que mas me amarga y me enfurece, cicatrices en su alma. Torturador de ilusiones arrolladas por el carro de tu crueldad, incapaz de sentir piedad, ¿y pides que el mundo te entienda?, los demonios de tu falso amor te arrastraran hacia tu fango, lo que das se te devuelve, el mundo gira, y cuando vuelva a tu partida, serás victima de tu asquerosa y mal canalizada ira, mira, el mundo gira, si desechaste la fragilidad que en tus manos tuviste, el te desecha, ahora espera, sembraste mal, recibirás en el olvido tu cosecha.