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Para conocerme sólo basta con leer mis letras, en ellas me dejo ver, traducen mi yo; como yo mismo digo "escribo lo que siento, siento lo que vivo".

Para conocerme sólo basta con leer mis letras, en ellas me dejo ver, traducen mi yo; como yo mismo digo "escribo lo que siento, siento lo que vivo".
Comencé a escribir un determinado día, sin saber el porqué, y desde entonces no soy nadie sin una pluma y un papel.
Pertenezco a un lugar de Doñana de cuyo nombre merece la pena acordarse.
Mi lema: Luz verde, siempre.
Siempre me dije que amar era un verbo muy difícil de conjugar,  y lo sigo manteniendo. Se debe amar en todas las direcciones, pero siempre con el corazón.
Gran admirador de todo aquel que tenga alma no de poeta, sino de locos autómatas de letras; de todo aquel que sepa rasgarme la piel y que me sea muy difícil de recomponer.




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