Anoche soñé con vos,
tus ojos nublados me miraban desde el rincón
y reflejaban mi luz.
Tu sonrisa tenue se dibujaba
y no decías nada.
Tus pupilas revelaban con amor tu secreto amar
y no decías nada.
Yo sostenía tu mano en silencio
y en silencio, la languidez de tus falanges recorría mi pecho,
Y olvidé hablar.
En un trance te miraba sin decir nada
pues las ideas se me escapaban
mientras ambos latidos se aceleraban,
y no te pude decir nada
La tensión incandescente
elevaba la temperatura en el ambiente
Y sucedió todo sin que ocurriera nada,
yo olvidé todo,
y tu en mi sueño aprendías a soñar,
pero no decías nada.
Como divinidades deseabamos arrancarnos la piel
y juntos morir al atardecer,
trasformar nuestras vidas en una poesía
donde tu serías ritmo y yo tu rima,
y no dijimos nada.
Al despertar, no estabas
y te extrañé en silencio...
sin decir nada..