Los grillos anunciaron con su silencio
a la lluvia que estaba por quemar el suelo,
y con golpes las campanas rompieron
la moribunda luz del atardecer.
Cómo es que la luz muere para nacer luego de la oscuridad?
Aves mudas susurran un canto que no se escuchará jamás.
Cuántas noches y cuántos días tendré que esperar
para que escuches mis palabras mudas y comprendas la realidad?
No sé como de noche dibujarte con palabras y canciones
y hacerte alcanzar conmigo las constelaciones
y demostrarte en el aura de la luna mis pasiones.
No sé como llamarte en la penumbra
y opacar el sol que ya no alumbra
y mirar del atardecer en su destello
para coronarte en el amanecer más bello
y perpetuar así tu dulce nombre.
Espero y callo,
me desvelo, estallo
y antes de que cante de nuevo el gallo
me negaré a mi mismo caer de nuevo en fallo,
por que cada paso, cada mirada
deja mi alma cautivada
y en nuevo trance, la noche encantada,
me recuerda a tí:
serena, despistada,
distante y alejada,
Y sólo espero,
que con el nuevo amanecer,
una nueva historia sea trazada,
en que un príncipe a su amada
ha dejado ya hechizada
con su escudo y su espada,
como el final de un cuento
de la madrina bella hada.