Se me antoja un poco de vos,
con un café tinto y mi guitarra,
en una mesa para dos
donde es sólo un suave aliento lo que nos separa.
Se me antoja un suspiro de tus labios,
con el azúcar de tu mirada,
unas gotas tus cabellos lacios,
y una pizca de mi melodía cansada.
No hace falta mantel, ni cuchara.
tampoco pediré la cuenta, ni la carta,
porque lo que se me antoja es mirarte a la cara,
imaginar que soy tu espejo,
sin decir nada,
y quedarme comiendo el momento,
embriagarme en tu mirada
y saciarme con tu dulzor,
Hasta que no me haga falta nada.
Hambre...