17/06/2019
Le vi. Latí. Me cegué. Me acerqué. Me atreví.
Me gusta contemplarte, bravo, gris, colorido, en todo tu esplendor.
¿Y ahora qué te digo, si casi todo ya está dicho? ¿Y ahora qué hago con lo que sient… además de tragármelo en soledad? ¿Seguir con este plan macabro, de…
¿Qué es lo que hace que a un geóme… ¿Qué es lo que hace que a un hombr… ¿Qué es lo que hace que un agnósti… Y es que la ciencia no es capaz de… Y es que el Amor, no se puede med…
Un espíritu libre jamás podrá ser… La libertad está justo al otro lad…
Escondidos tras miradas hirvientes… Acechados por centinelas vigilant… Mezclados entre alboroto y risas. Un corazón desbocado, un estómago… Huída.
Cuando habla el Silencio, enmudec… Trompetas que anuncian,si escuchas… - Viene el invierno, huyó la esper… Pasó el desconsuelo, la ira y la r… Se torna en vacío un mar de nostal…
Me quedo con esa sonrisa, con las canciones infantiles, con el diario de versos, con el Casino y el Parque japonés, con los sábados esporádicos mirando a través de un microscopio, con t...
Pues no, no tiene el valor de mirarle a los… Su mirada escudriña, mas, su refle… Por eso reflexiona en silencio y a… Observa, de lejos, su vida casi pe…
Pupilas llenas de sueños despiertan amaneceres, y alumbran anocheceres recreando sus diseños. Pupilas que tienen tigre,
Esta noche no hay luna. Esta noche hay infinidad de estrel… Hay una, al este de mi balcón, que… Se me antoja que es mía, o para mí… En todo caso, no me atreví a bauti…
Con palabras mal escritas entre mar y tempestad cual palomas mensajeras tu ventana tocarán. ¿Y si te encuentran dormido?
Como si me hubiesen secuestrado las sílfides y con sus sonidos me hubiesen mantenido dormida sin tiempo definido. Hasta que un día comienzo a ver una belleza indescriptible en los tonos...
Descubrí tu nombre. Tu sonido. Tu vibración universal y absoluta. Muy cerca del corazón. Primero pensé que el sonido era el…
Hoy fuimos dos conocidos extraños… Hablar de banalidades cuando sólo… —¡Tengo sed de ti! me provoca desazón y otra vez el n… porque, otra vez, las condenadas e…