“—¡Orza la barra!... ¡A estribor!...
¡Izad el trinquete!... ¡Avante!...”
Las cuatro sillas navegan
por los mares orientales...
El cinturón erizado
de pistolas y puñales...
¡Qué revuelo de mandobles!
“—¡Mis tigres, al abordaje!...”
Se cae una silla: ruido,
narices llenas de sangre,
la blusa rota... —¡De todo
tiene la culpa Salgari!—