Te soy grato por la magia que hiciste brillar en mis ojos.
Sin duda quiero quedar congelado en los tiernos recuerdos.
Yo solo consuelo mi alma tumbada en los remojos
de las penas por tu indiferencia de falsos cuerdos.
Ha pasado un tiempo, son normales los cambios.
Lo siento mucho, pero ya no te quiero.
¡No te odio! Que eso quede claro.
Pero honestamente, sobresales en mis miedos.
Solo me conformaré con las rosas del campo,
porque esas son dulces y buenas.
Ya no con las que adornan tus labios,
porque aunque me acaricien en fragancias,
no aguantaría que a mi corazón den condena.
No te niego que te extraño,
pero te afirmo que lejos te quiero.
No te niego que quizás te amo,
pero sé que junto a ti, yo muero.
Yo no soy para ti, lo fui nada más.
En el pasado terminó, volver... ¡jamás!
Yo no soy para ti, eso es verdadero.
Yo no te odio, pero ya no te quiero.