Aquello. No eso. Ni —mucho menos—esto. Aquello.

Meriendo algunas tardes: no todas tienen pulpa comestible. Si estoy junto a la mar muerdo primero los acantilados. Luego las nubes cárdenas y el ciel…

La lágrima fue dicha. Olvidemos el llanto y empecemos de nuevo, con paciencia,

Cuando el hombre se extinga, cuando la estirpe humana al fin se… todo lo que ha creado comenzará a agitarse, a ser de nuevo,

Otro tiempo vendrá distinto a éste… Y alguien dirá: «Hablaste mal. Debiste haber cont… otras historias: violines estirándose indolentes

¿Cómo seré yo cuando no sea yo? Cuando el tiempo haya modificado mi estructura, y mi cuerpo sea otro,

Milagro de la luz: la sombra nace, choca en silencio contra las monta… se desploma sin peso sobre el suel… desevelando a las hierbas delicada… Los eucaliptos dejan en la tierra

Le comenté: —Me entusiasman tus ojos. Y ella dijo: —¿Te gustan solos o con rimel? —Grandes,

El otoño se acerca con muy poco ru… apagadas cigarras, unos grillos ap… defienden el reducto de un verano obstinado en perpetua… cuya suntuosa cola aún brilla haci…

Entonces, en los atardeceres de verano, el viento traía desde el campo hasta mi call… un inestable olor a establo

Mientras tú existas, mientras mi mirada te busque más allá de las colinas, mientras nada me llene el corazón,

Yo lo noto: cómo me voy volviendo menos cierto, confuso, disolviéndome en aire cotidiano, burdo jirón de mí, deshilachado

Te llaman porvenir porque no vienes nunca. Te llaman: porvenir, y esperan que tú llegues como un animal manso

Aquí paz, y después gloria. Aquí, a orillas de Francia, en donde Cataluña no muere todavía

Me falta una palabra, una palabra sólo. Un niño pide pan; yo pido menos. Una palabra dadme, una sencilla palabra que haga juego