Pregunta a un viejo por el amor,
Y dirá que ya lo ha olvidado
Que no recuerda siquiera
El eco de su nombre.
Pregunta a un niño
Y dirá “Mamá”.
Pregunta a un sacerdote
Puede que no te señale el cielo...
Pregunta a un sabio por el amor,
Y dirá que en sus ecuaciones
No hay vestigio ni asomo
De su estructura
Pregunta a un ciego
Y dirá: lo vi.
Pregúntale al banquero:
Y dirá que solo es cuestión de ceros...
Pregúntame, por Dios, a mí.
Diré tu nombre de mil modos.
Yo ya olvidé eso que fui
Cuando no contaba
Con tus ojos para ver...
Pregunta a un necio por el amor,
Dirá: “Es el compañerismo
De tolerar los años
Enterrando hasta el deseo”
El aterido dirá “Es el sol”
Dirá “Mi casa” el exiliado.
Y qué vas a responder
Cuando esta pregunta llegue?
Pregúntame, por Dios, a mí.
Diré tu nombre de mil modos.
Yo ya olvidé eso que fui
Cuando no contaba
Con tus ojos
Para ver.