Tickets de verdad.
Uno se reviste de gracia en la antesala del pesar y llora para adornar el rostro.
Por lo regular escribo mucho, en pequeños papeles destinados al instinto del olvido.
En cuadernos entregados a la obscuridad de estar cerrados.
Ambos casos en orden de no ser leídos o quizá para una posteridad que no estoy destinado a rever.
En esos pongo mis secretos, algunos de ellos lo que siento cuando me descubro entregado a la desgracia de ser humano, de ser limitado de ser amante y ser destruido en el acto.
Solo algunos los leo.
Te los leo a tí.
Así como dedico este póstumo poema que no es poema sino una confesión.
Temo y...