cuido mi casa
por si entra
un aire de vieja historia
que pesa en el aire
a la espera de un locutor
pasivo y novedoso
moderado, enamorado,
tan pasivo
como para repetirla hasta el hartazgo
y no ver que le hiere
la propia piel
que desmorona cuerpos
que se hace polvo y después nada
después no hay saliva
ni fuerza
ni piel
ni tiempo
ni historias
solo mi casa
para habitar