Merecer ver el cielo con colores grises,
gemir de dolor y no de placer.
Cantar cuando nadie te escucha;
no te alcanza la voz,
tal vez debas gritar.
No cierres tus ojos,
tal vez veas un duende.
Abre tus manos y álzalas,
tal vez te ilumine una estrella.
Mereces ver el cielo del color que elijas;
se tiñe de varios cuando compartes tu tiempo.
Tal vez hoy no es el día de ver tu sonrisa,
pero mañana estarás mejor,
aunque este hoy se convierta en un bucle sin fin.