Bienaventurado ese hombre que dejo su hogar por dar su vida a los demás. Que no formo una familia para estar libre y bautizarte. Que causa tus burlas y es a quien acudes para que bendiga tu unión matrimonial. De quien dices los peores chistes ya a la hora que pides la absolución, en nombre de Cristo, siempre te perdona. De quien vives mofándote y buscas para que bautice tus hijos. A quien siempre encuentras defectos y quien siempre disculpa los tuyos. A quien siempre has despreciado llamándole cobarde para afrontar la vida y es quien te da fuerzas para vivir tu existencia. Que a pesar de saberse despreciado, cuando le llamas con los ojos desorbitados por encontrarte frente a la muerte, siempre acude presuroso para abrirte las puertas del cielo. A quien menosprecias y criticas y siempre que le buscas, lo encuentras para darte paz. Que trata de ser mejor como hombre para ayudarte a ti, que le desprecias.
Bienaventurado ese hombre que ha sabido amar a todos, porque en todos ha encontrado sed de ser amados... Que a pesar de tus desprecios vive mucho más feliz que tú y yo porque ha encontrado la maravilla de Cristo: “perdónalos, Señor, porque no saben lo que hacen”.
Bienaventurado ese hombre al que todos pedimos cuenta de su vida y el jamás interviene en la tuya sino es por tus propios deseos, para darte paz y amor!