Cuando me siento sola, tengo que ir hacia mi interior.
No es un buen lugar para estar, por eso, debo adornarlo.
Pintar las paredes con los colores del arcoiris... ahora están en un tono oscuro y melancólico.
Persiste ese hedor que brota como agua de mis ojos, mi amiga la tristeza, que últimamente me acompaña y no me abandona.
Tanto tiempo reprimiéndola surtió su efecto: removerlo todo y hacerme trastabillar hasta caer en lo más profundo.Ahora cada vez que me visita, me da una bofetada de realidad que me deja aturdida y con miedo.
We rely on ads to keep creating quality content for you to enjoy for free.
Please support our site by disabling your ad blocker.
If the prompt is still appearing, please disable any tools or services you are using that block internet ads (e.g. DNS Servers).