Llevo miradas dulces
Llevo miradas dulces.
Follajes de encendidos primores
y todo un mundo de fugaces
rostros, que ya he soñado como míos.
Llevo, naranjas dulces,
relicarios,
ecos vivaces o sonados girasoles de amor.
Y apretadas agendas,
donde la hazaña vale más que un viaje.
Llevo, el abandono de la brisa,
las nubes blancas, tu sonrisa
y tus sensuales manos esnobistas.
Llevo, enrojecidos horizontes
y algunos cielos cautivos,
con ojos vivos y emotivos.
Llevo, los seducidos centinelas,
el eco vivo que me niega
y la corriente traicionera.
Llevo, la sangre henchida de optimismo,
el libro abierto del insomnio
y otros secuaces del peligro.
Llevo, lo peculiar que me distingue,
la vida humana que se extingue
y este naufragio irrepetible.
Llevo, lo incomprensible de la nada,
atado al viento que anonada,
con fruto aun dulce de alborada.
Llevo, lo que permea allá en lo corruptible
y este deseo susceptible,
atado al humo de la nada.
(2012)
