Bajo la curva de la noche, fúnebre,
sobre la arena del desierto, cálida,
se conturba la mente del proscripto,
su pie desnudo, vacilante, marcha;
y allá en la curva fúnebre del cielo
la estrella solitaria;
y allá, sobre las cálidas arenas,
¡el oasis y el agua!
Bajo la curva del dolor, fatídica,
sobre el desierto de mi vida, trágica,
mi acongojada mente se conturba,
mi vacilante pie se despedaza;
y allá, en la curva del dolor, siniestra,
la luz de la esperanza;
y allá sobre el desierto de mi vida,
¡la resonante multitud de mi alma!.