Si me permites te exploro, te susurro al oído,
Te consiento, te acaricio y me embriago de tí.
De tu boca, de tu esencia.
Y cuando nadie nos vea, te comeré una y otra vez
Me sumergiré en tí, en tus miradas, en tus caricias
En tu respirar y palpar,
En tu despertar y en tu anochecer
En días grises y soleados
Donde lo único que necesitarás será buen sexo y muchos abrazos
De esos que te enganchan, que te destrozan el alma
Porque el que te los da: vive embriagado de ti.