A.G

Alma herida

Estoy cansado de la gente de mentira,
no soy quien para enseñarte la verdad,
mi vida es un cúmulo de heridas
que me enseñan cómo debo caminar.
 
Estoy cansado de que nada sea verdad,
de los perdones escondidos en rencor.
De la gente que aprovecha el abrazar
en consumar a bocajarro su traición.
 
El perdón que te brindo hoy es sincero,
no nací con instrucciones para amar,
por eso, sin quererlo pude herirte.
 
Mírame a los ojos, mírame, al menos,
que una lágrima está a punto de alcanzar
el precipicio de mis labios tristes.




Arriba