#Argentinos #Mujeres #SigloXX #Suicidio
escribiendo he pedido, he perdido. en esta noche en este mundo abrazada a vos, alegría del naufragio.
Han venido. Invaden la sangre. Huelen a plumas, a carencias, a llanto.
Tal vez esta noche no es noche, debe ser un sol horrendo, o lo otro, o cualquier cosa. ¡Qué sé yo! Faltan palabras, falta candor, falta poesía
De aquí partió en la negra noche y su cuerpo hubo de morar en este… en donde sollozos, pasos peligroso… de quien no viene, pero hay su pre… amarrada a este lecho en donde sol…
Y aún me atrevo a amar el sonido de la luz en una hora mu… el color del tiempo en un muro aba… En mi mirada lo he perdido todo. Es tan lejos pedir. Tan cerca sab…
Debajo de mi vestido ardía un camp… como los niños de la medianoche. El soplo de la luz en mis huesos c… tierra. Palabra o presencia seguid… triste como sí misma, hermosa como…
Todo hace el amor con el silencio. Me habían prometido un silencio co… De pronto el templo es un circo y…
En la noche a tu lado las palabras son claves, son llave… el deseo de morir es rey. Que tu cuerpo sea siempre un amado espacio de revelaciones.
La mano de la enamorada del viento acaricia la cara del ausente. La alucinada con su «maleta de pie… huye de sí misma con un cuchillo e… La que fue devorada por el espejo
Debajo de un árbol, frente a la casa, veíase una mesa y sentados a ella, la muerte y la niña tomaban el té. Una muñeca estaba sentada entre ellas, indeciblemente hermosa, y la muerte y ...
Ante todo una mancha roja, de un rojo débil pero no sombrío y ni siquiera opaco. La mancha configura un sombrero colorado que se inserta en el color arena húmeda del suelo compuesto por...
Había un hombre que vivía junto a un cementerio y nadie preguntaba por qué. ¿Y por qué alguien habría de preguntar algo? Yo no vivo junto a un cementerio y nadie me pregunta por qué. Al...
La sangre quiere sentarse. Le han robado su razón de amor. Ausencia desnuda. Me deliro, me desplumo. ¿Qué diría el mundo si Dios
Cuando me miras mis ojos son llaves, el muro tiene secretos, mi temor palabras, poemas. Sólo tú haces de mi memoria
Llamé, llamé como la náufraga dich… a las olas verdugas que conocen el verdadero nombre de la muerte. He llamado al viento,