Aún recuerdo sentir como encajábamos,
Como si el destino quisiera que intimáramos.
Tu mente era como una tuerca indomable
Sobre un tornillo que sostenía un pasado ineludible.
Pensé que era la llave que podría salvarte,
De aquel óxido que llegó a destrozarte,
Pues al ver el brillo que emitías
Me hizo ver un reflejo de mis travesías.
Pensé que me guiaba mi libertad,
Pues me nacía sacarte de esa oscuridad,
pero me di cuenta de que me manipulabas
Como una herramienta de la que te aprovechabas.
Pasé de ser indispensable a ser desechable,
De ser honorable a ser olvidable,
Pues una vez me desgasté y me destrocé
Me olvidaste porque te estorbé.