El Peaje De Morfeo
Ayer me visitó en sueños, dulce Morfeo,
con un velo en sus manos, oscuro y traicionero.
Como peaje sombrío, un soborno doloso,
abrió las puertas del olvido, dejando el alma herida.
Era ella, la dama perdida, la que tanto amé,
con su silueta de sombras, en la niebla me atrapó,
susurrando un amor que murió,
y dejó en mi pecho un vacío que no logré vencer.
Vi en sus ojos el abismo de un cruel adiós,
y en su mirada, el hielo que devoró mi voz.
Yo, entre las ruinas de lo que fue pasión,
perdí la batalla entre la vida y el corazón.
Tal vez fue un sueño, pero el alma sucumbió,
y despierto aún siento la carga de su adiós.
Morfeo me engañó, me mostró el fin del amor,
dejándome errante en las llamas del desamor.
Así fue su visita, cruel, amarga y mortal,
un peaje de pesadillas que nunca he de olvidar.
