Me tienes el corazón alfombrado
de hojas en pleno otoño.
Sorprende tu visita tan “temprano”;
tu brisa deshace mi moño.
Puedo anticipar una segunda temporada
de “La chica espera sentada”.
Este tiempo juntos no llegará acompasado;
más bien suena como algo desfasado.
Aun así, te dedico una sonrisa,
gracias por ser tú mismo
y dejar rastro donde pisas;
tu cuerpo es un seísmo.
Siento tu calor arremolinado
que envuelve mi ser.
Tus abrazos me bordean
cuando te vuelves miel.
Cuento las veces que me ves
y no me salen las cuentas.
Espero no dar un ligero traspiés
y de golpe cerrar las puertas.