Adriano fue enterrado en el cementerio de San Justo y sobre su tumba se puede leer este epitafio que él mismo dejó escrito:
#Españoles
ASTURIAS. Mi adolescencia. Ha… que estaba cargando sidra, fletado… yo soñaba con mi novia, la hija de… mi novia, flor de los trópicos, lu… Sonaba un dejo de gaita y un redob…
El canario y el limón son dos hermanos mellizos. ¡Cuánto amarillo en las plumas y en los gajos amarillos! Canario, limón que canta
—Cuidado, Doña Perfecta, —dijo a la rosa el biciclo—. ¿Por qué me sales al paso? Si no te apartas, te piso.... —Pasa ya, tonto de acero;
El reino mineral, vítreo, derrama su doblado país, cúbico apenas, y eslabonando peces y, azucenas boga el reloj, el pétalo y la esca… La luna, deshojándose, embalsama
Madre, una estrella se ahoga entre las aguas del río. Va blanca de luz de luna llena de miedo y de frío.
Rehoga el mar con sal napolitana sus algas, a la luz de las farolas… Flores de plato a plato, barcarola… tenores entre el queso y la manzan… La lumbre, en los peroles, vesubia…
Nápoles apareja sus jardines y ofrece al pez, virgíneas, sus co… sus anclas de azahar, sus amapolas… su pulso en flor, su anzuelo, a lo… Toman baños de sol los bergantines…
El elefante lloraba porque no queria dormir... —Duerme elefantito mío, que la luna te va a oir... —Papá elefante está cerca,
Otoño, viento amarillo... vientecillo trotador que e campo como a un asnillo, carga de odres de olor... otoño, viento amarillo...
Fernando murió muy lejos del Guadalquivir natal, río de taurinos peces que, en garrochas de cristal, dando el salto del trascuerdo,
Esparce su dorada agrimensura, riego templado en sol, la luz cele… a Fiésole, al jardín, al soto agre… al ave, al ruiseñor de la espesura… El gótico ciprés, y en su verdura
No la ha visto nadie, ni siquiera el aire, pajarito sabio que todo lo sabe. Volando, piando, se perdió una tar… que también a Roma se va por el ai…
A Rafael Consinos-Assens, gran M… Luces. Rosas de luces que se encienden en explosiones silenciosas hasta irrumpir en las retinas
—Cuidado, Doña Perfecta, —dijo a la rosa el biciclo—. ¿Por qué me sales al paso? Si no te apartas te piso... —Pasa ya, tonto de acero;