No te faltaron mis besos en tus labios,
no por excedente
más bien no tuviste la necesidad de probarlos.
No suplicaste por caricias en el pelo
ni el sutil tacto de mi piel en tu cuerpo.
No requeriste mis palabras
y tampoco pediste mis pensamientos.
No te hizo falta un saludo
ni mucho menos un hasta luego.
Tú, tan lejos...
Tan lejos de mi realidad
y tan presente en mis anhelos.